Fantasmas

Aquel día llegué temprano a la universidad. Justo cuando voy llegando a la entrada veo a un chico rubio de cabello largo, me dije a mi mismo “allí está mi amigo”. Luego recordé que era algo imposible mi amigo se había ido del país hace varios meses. Solo era alguien que se le parecía, alguien quien a pasar a su lado y poder ver su rostro ver a un total extraño a quien jamás en mi vida había visto.

Como había llegado temprano a la universidad me senté en uno de los pasillos a esperar que pasara el tiempo y llegara la hora de mi clase. Mi mente divaga en mil estupideces cuando de repente volteo y veo a la hermana de una amiga. Casi me toma ese impulso automático que tenemos las personas en ocasiones cuando queremos saludar a alguien, pero al mismo tiempo que vi a la hermana de amiga recordé que ambas se habían ido del país hace un par de semanas. Cuando veo detenidamente el rostro de aquella chica me doy cuenta que solo era otra extraña que tenía rasgo similares a alguien que conocía y tenía que haberse ido del país.

Me sentí realmente horrible. Me envolvió una sensación de soledad que nunca antes había sentido. El saber que todos tus amigos se van porque huyen de una economía que poco a poco nos está asfixiando y ni tú mismo sabes hasta donde podrás aguantar te hace sentir gran depresión.

A veces siento que son una pequeña parte del alma de mis amigo que se han quedado en el país para darnos fuerza a los que aún estamos aquí luchando con tanta incertidumbre.

Realmente solo son fantasmas que crea nuestra mente con el reflejo de las personas. Fantasmas que deseara fueran aquellos a quién su imagen representa y poder saludarlos con un buen apretón de manos o un beso en la mejilla y no a través del celular solo porque grandes cantidades de kilómetros y fronteras nos separan en contra de nuestra voluntad.

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